jueves, 4 de septiembre de 2014

Elegimos amar o no amar

A veces, muchas veces, hemos pensado (o seguimos pensando) que el amor es algo incontrolable, como si un día voy caminando y PAF! “me enamoré”, así sin más, sin ningún control sobre eso. A veces creemos que amar es como caer accidentalmente en un pozo, que es repentino y sin control, y decimos “caí en el amor y no puedo salir”, creemos estas cosas como si no tuviéramos control sobre la elección de amar o no amar. Cuántas veces hemos escuchado a hombres y mujeres que dicen, tratando de justificar una separación, “simplemente ya no lo/la amo”, como si esto está totalmente fuera de su control y ahora porque no le ama le da derecho a dejar a su pareja. Seamos honestos acerca de esto: el amor es una elección, el amor es una decisión. Necesitamos decir las cosas como son: “decido amarte”, “decido no amarte más”, porque es una decisión, y podríamos elegir seguir amando aún cuando no nos amen, esa es nuestra decisión. Actuar en amor cuando “no sentimos” es un nivel más alto de amor que cuando “sentimos”. Una cosa es amar cuando todo es color de rosa, cuando toda va como se quiere y se dispone de recursos económicos para gastar, y las cosas van en grande… la pregunta es: ¿y cuando no se está del todo bien?, cuando se pierde el trabajo, cuando no hay recursos económicos, cuando se está enfermo,  cuando hay mal humor, peleas o desacuerdos? Nosotros decidimos amar a pesar de las circunstancias y sentimientos, a pesar de nuestras emociones. El amor no siempre da lo que el otro merece, sino lo que necesita.

El amor es dar a la otra persona sin ninguna garantía de que recibirá algo a cambio, si lo hacemos por obtener algo a cambio, eso no es amor. El amor es comprometerse simplemente al bienestar de otra persona.


En 1 Corintios 14:1 dice: “Empéñense en seguir el amor…” centrémonos en la palabra “empéñense”, en otras palabras sería “haga una elección, decida, escoja, imponga”. Es un acto de nuestra voluntad. Esto destruye al mito que teníamos (o tenemos) acerca del amor. El amor no es un sentimiento, el amor es una decisión… es decir, nosotros elegimos amar o no amar. Punto final.