Breve introducción: Estoy
con diagnóstico médico, lo que tengo es "discopatía degenerativa" 2 hernias discales y unos nervios que se punzan... bueno, eso. (y duele, mucho)
En estos días de estar
en cama y bien quieta (cosa que me cuesta mucho) estoy aprendiendo y
fortaleciendo muchas áreas de mi vida. Hace un par de días alguien me preguntó:
“Todavía creés que Dios ama como decís?” Supongo que se refirió a mi estado
actual de salud, pero me quedé con esa pregunta flotando en mi cerebro, no dudé
en la respuesta, pero me di cuenta de que está más fuerte en mí esa creencia.
A lo que voy, sí, soy
una persona cristiana, lo que no significa que sea perfecta; Dios sigue
trabajando (y lo seguirá haciendo) en mi carácter y en toda mi vida.
En este tiempo me doy
cuenta de que mi fe está completamente ligada a mi esperanza. Mi cristianismo
no niega la realidad de la enfermedad y el sufrimiento, mi esperanza no se basa
en la idea de que voy a ser “libre” del dolor y el sufrimiento; no, no es así,
se basa en la firme convicción de que voy a triunfar ante el sufrimiento, en
eso baso mi esperanza en Cristo, no en una simple ilusión o fantasía; mi
esperanza cristiana está en pie, firme y serena.
¡Vamos! Hay que
ponerle onda, esperanza y fe. Dios es bueno, soberano y tiene un propósito para
todo. No voy a permitir que una enfermedad me robe el gozo, porque la fe en
medio de la tribulación trae paz y gozo. Es un gran desafío muchas veces, pero yo
quiero que mi actitud muestre eso… de eso se trata, ¿no?.
Si me vienen a ver, se van a dar cuenta de que yo estoy con planchita, y a veces me maquillo y estoy de buen humor a pesar del dolor, si, ok, estoy enferma, pero como digo en broma a mis amigos “el glamour debe estar presente”, es que si yo estoy convencida de que todo tiene un propósito y estoy bien, tengo gozo dentro del dolor... así que aplico: ¿estás bien? ¡Avisále a tu cara!